domingo, 9 de enero de 2022

ESCRIBE 1 POEMA...

 Escribe 1 poema... aunque no seas poeta
1 poema tan real como el desastre
La vida se está precipitando en el abismo
Camina en medio del desbarajuste de las urbes
¡Bríncate los autos!
Ya no te mees en el suelo y el subsuelo
Orina desde el piso segundo del periférico
Urge 1 agua_zero caliente con aspecto de cerveza
No bebas más de la cuenta/ no queremos otro diluvio
Abandona los subterráneos/ las superficies bajas
Súbete al cielo de lo concreto/ báilate 1 frenética música
en el after hours de la azotea cerebral de tus delirios
El amor síguelo haciendo... siempre
Siempre... como te venga en gana
Lee el lenguaje de las olas en cada gota de lluvia
No te bebas la tristeza porque te embriagas
Disfruta la oscuridad fílmica de los cines
en la pantalla de sus piernas
Deambula por los muelles...
Busca 1 pescado fresco
1 botella seca
1 tacón roto
1 inocencia descarriada
1 lágrima de luna
1 amor extraviado
1 noche calientita
Si encuentras 1 cuchara guárdala
quizás mañana sí hay sopa
Escribe 1 poema...
Aunque no seas poeta
1 poema que te libere de la pasión
que llevas dentro
1 poema con intensidad huracanada
para que cruces el aire a navajazos
Ama a quien debas amar
¡Ámala! hasta el escándalo
No te suicides como Acuña/ Pavese/ o Maiakovski
Ni permitas jamás que te lleven a la muerte
Escribe 1 poema... que nunca sea epitafio
1 poema que pueda grafitearse en la conciencia
1 poema que persista más allá de lo existente

Ektor Zetta Balam [Héctor Zendejas Pineda]                 

Versión tomada de la antología Infrarrealistas / Poetas,                
preparada por Marco Fonz para la colección                
Las alas del Escorpión (Buenos Aires: La Caída, 2014)                

domingo, 2 de enero de 2022

BON SOIR...

     Donc bonsoir, mignon, et à demain!
      (Palabras que Ana me dejó escritas
una noche que tuvimos que separarnos.)

¡Buenas noches, mi amor, y hasta mañana!
Hasta mañana, sí, cuando amanezca,
y yo, después de cuarenta años
de incoherente soñar, abra y estriegue
los ojos del espíritu,
como quien ha dormido mucho, mucho,
y vaya lentamente despertando,
y, en una progresiva lucidez,
ate los cabos del ayer de mi alma
(antes de que la carne la ligara)
y del hoy prodigioso
en que habré de encontrarme, en este plano
en que ya nada es ilusión y todo
es verdad...
¡Buenas noches, amor mío,
buenas noches! Yo quedo en las tinieblas
y tú volaste hacia el amanecer...
¡Hasta mañana, amor, hasta mañana!
Porque, aún cuando el destino
acumulara lustro sobre lustro
de mi prisión por vida, son fugaces
estos lustros; sucédense los días
como rosarios, cuyas cuentas magnas
son los domingos...
Son los domingos, en que, con mis flores
voy invariablemente al cementerio
donde yacen tus formas adoradas.
¿Cuántos ramos de flores
he llevado a la tumba? No lo sé.
¿Cuántos he de llevar? Tal vez ya pocos.
¡Tal vez ya pocos! ¡Oh, que perspectiva
deliciosa!
¡Quizás el carcelero
se acerca con sus llaves resonantes
a abrir mi calabozo para siempre!
¿Es por ventura el eco de sus pasos
el que se oye, a través de la ventana,
avanzar por los quietos corredores?
¡Buenas noches, amor de mis amores!
Hasta luego, tal vez..., o hasta mañana.

Amado Nervo: La amada inmóvil (1920)