domingo, 15 de enero de 2012

EL CASO DEL PÁJARO ASESINADO

Nunca sabremos, nunca,
por qué razón un día
esas luces temblaron levemente;
fue una llorosa espuma,
una brisa más grande, nada acaso.
Sólo las olas saben.

Por eso hoy muestran desdeñosas
su color de miradas,
su color ignorante todavía, aunque un recuerdo
les cante algo, algo levemente.

Fue un pájaro quizá asesinado;
nadie sabe. Por nadie
o por alguien quizá triste en las piedras,
en los muros del cielo.

Mas de ello hoy nada se sabe.
Sólo un temblor de luces levemente,
un color de miradas en las olas o en la brisa:
también, acaso, un miedo.
Todo, es verdad, inseguro.

Luis Cernuda: Un río, un amor (1929)

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