querida Itziar mía te llamo en la noche
extiendo a tu lado mi brazo y no estás
una sola vez vivir y morir
Dios y nada una sola vez el poco sitio
de una vida para vivir digo la palabra lejos
hablo de morir
su boca entreabierta respira con dificultad
su rostro hermoso y dulce de siempre
se van nublando sus ojos no ve
mira a los lados busca a alguien
tengo sus manos en las mías
respira en pequeños sorbos
me va a abandonar y pregunta por mí
le acerco mi cara beso su frente y llevo su mano
a mi barba la aprieta con fuerza me reconoce
yo tampoco he tenido no tengo
otra vida que la suya
últimamente era no querer separarse un momento de mí
en un rincón al borde de la cama está cantando
no le entiendo bien son canciones de su infancia
me acerco ordena en un sobrecito de plástico
fotografías antiguas de pasaporte me pregunta
si estoy con gafas si tiene fiebre le toco la frente
le beso la frente Itziar te llamo estás aquí
Itziar de toda mi vida sólo su infancia que no conocí de ella
y ahora es así que vuelves
desde nubes
pequeños delantales blancos
que me cantan contigo de ti
entre árboles cogidos de la mano
Eurídice-Itziar
si dejo de verla la perderé
el Ángel de la muerte que sostenía su cabeza
la deja caer suavemente al otro lado
las diez horas y ocho minutos
intenta dos minutos después levantar la cabeza
que cae y se deja
descansar para siempre
ya no estás más
las 10 y 10 en la mañana
último día de 1991
la ha besado la muerte
baja en su rostro
lentamente de Dios una lágrima
de sufriente infinita dulzura
Jorge Oteiza: Itziar elegía y otros poemas (1992)
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