Y él replicó, sonriendo:
"Zambita: espera un poco.
¿No ves que es muy temprano?
Anda, más bien convídame
un trago de aguardiente".
Pero ella dijo: "El último.
Tan solamente el último del último".
Y cuando se lo trajo
con esa mano de tan negra y negra,
con esa mano de tan tierra y tierra,
Edú la trajo nuevamente al centro.
La metió bajo el toldo y en la colcha
y ella contenta.
La estrechó, luego, con sus pata-pata
y ella gozando.
La estremeció en el baile pierna-pierna
y ella girando.
Y él se fue de parranda
cuando la muerte se quedó muriendo.
Rafael Díaz Ycaza: Zona prohibida (1972)
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