su interminable cuerpo de madera.
Una mano se mete en mi bolsillo
y rebusca una llave que no tengo.
La puerta se abre con la intimidad
de una persona a quien se trata mucho.
Unos pasos caminan por mi cuarto...
Desde el espejo del ropero atisba
un fulano que se parece a todos
y otro poco a mi padre ya mi madre.
Hotel Neuman, La Paz, 1955
David Ledesma Vázquez: Gris (1958)
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