la soledad en flor,
a empellones el viento se abre paso.
Con naturalidad
como quien hace
nada más que lo suyo,
me tiene contra la pared
la vida.
Abajo
en el corral del malecón
se tira el mar de los cabellos.
Por todas las consideraciones
habidas y por haber,
porque el tiempo es un hilo
porque el hilo se lasca
y entonces nadie sabe;
porque la muerte calza
zapatos de payaso
y nos sigue de rabo a todas partes;
como si se tratara
de la necesidad de respirar,
yo te recuerdo
y me da pánico
que un día ya no pueda recordarte.
Este día tiene que ver contigo
y te babea
con su hocico mojado.
El viejo y bebé mar,
el mar caribe
con el collar al cuello
me ladra desde abajo.
Euler Granda: Ya paren de contar (1991)
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