domingo, 26 de junio de 2011

EL MAR

Le soy desconocido.
Pasa como un idiota,
ante mí; cual un loco, que llegase
al cielo con la frente
y al que llegara el agua a la rodilla,
la mano inmensa chorreando
sobre la borda.
Si le toco un dedo,
alza la mano, ola violenta,
y con informe grito mareante,
que nos abisma,
dice cosas borrachas, y se ríe,
y llora, y se va...
A veces, las dos manos
en la borda, hunde el barco hasta su vientre enorme
y avanza su cabeza, susto frío,
hasta nuestro minúsculo descuido.
Y se encoge
de hombros y sepulta
su risotada roja en las espumas
verdes y blancas...
Por doquiera
asoma y nos espanta; a cada instante
se hace el mar casi humano para odiarme.

Le soy desconocido.

Juan Ramón Jiménez: Diario de un poeta recién casado (1917)

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