lunes, 18 de junio de 2012

PASÓ UN POEMA

Pasó el hambre
Pasó el fuego
Pasó mi madre
Pasó mi padre por debajo
Pasó su palabra
Pasó la pelusa que articulaba el funcionamiento de su mandíbula y su cráneo
Pasó su calvicie
Pasó mi carrera con mi sombra hacia la tienda
Pasó mi forma de jugar al fútbol
Pasó mi hijo con veinte años de glorias nacionales
Pasó mi rápida asimilación de golpes al hígado
Pasó una mentira
Pasó otra
Pasó el ácido ser que tengo en el vientre
Pasó su poema
Pasó su mala composición
Pasó la carcajada profunda, interminable
Pasó mi hermano
Pasó mi otro hermano
Pasó mi madre otra vez
Pasó mi padre
Pasó  una cantidad inmensa de autos que se detuvieron ante ellos
Pasó este cobarde
Pasó el claxon que el ser que tengo en el vientre reproduce contra las ventanas húmedas llenas de rocío
Pasó mi desnudez por la pista
Pasó mi vergüenza
Pasó mi doble con su mochila llena de fosforescentes explosivos
Pasó ese tartamudo
Pasó la última persona que nunca me pensó
Pasó mi insignia
Pasó su existencia
Pasó Pedro, María Leonor,
Pasó Manuel
Pasó mi profesor que usaba chompa marrón
Pasó su manzana de Adán
Pasó Edgar a la pizarra
Pasó Elvis Gutiérrez
Pasó la pelota de trapo al salón
Pasó Federico por la puerta que daba al recreo
Pasó el cuarto de servicio
Pasó el chico guapo y la chica guapa que tuvieron sexo
Pasó el pabellón nacional
Pasó la señorita auxiliar
Pasó el papel lustre color morado
Pasó una parvada de alumnos con los pantalones sucios y las camisas llenas de tajos azules
Pasó un avión
Pasó un auto por la avenida Belén, casi me atropella
Pasó un ser extraño saliendo de un edificio gris
Pasó una puta que no sabía que era puta
Pasó un chino fumando en la puerta de un chifa
Pasó un perro que puso las patas en un charco frío
Pasó un heladero
Pasó un señor rubio que quería un waffle
Pasó una parvada de alumnos con los pantalones sucios y las camisas llenas de tajos azules, gritándome
        que fuéramos a la cancha a jugar pelota
Pasó un chibolo a un cuarto que tenía la cabeza de una vaca disecada y un tonel negro
Pasó que volví al partido aunque me cayó un pelotazo en la cara
Pasó que no lloré
Pasó que aún la seguimos
Pasó que no es tarde
Que se cola un poema más.

Pablo Salazar-Calderón: piedralaventanaelcielo (2001)

No hay comentarios:

Publicar un comentario