el silencio nos estaba rodeando
por los cuatro costados.
Bajaba desde el cielo impenetrable
como una lluvia sorda.
Venía desde el fondo de la tierra
como un sismo apagado.
Tal y cual nos dijeron
nuestros antiguos padres
con sus voces de piedra,
estábamos asediados y solos,
traicionados, perdidos.
El único recurso era morir,
refugiarse en la nada.
Pero la muerte
—¡muerte al fin!—
se mantenía callada.
Fernando Cazón Vera: La pájara pinta (1983)
amé. hermoso! bisous mon ami ;)
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