decir el agua;
querer de pronto
decir la vida;
la lluvia que se mete en las ventanas,
y se encuentra,
y baja,
baja a los árboles,
a las flores baja.
Las campanas
no son mojadas por la lluvia,
que cae y dobla
el verde de las plantas;
cuando cae el agua
y baña el fruto blanco.
Entonces decimos:
que las noches han llegado,
con sus noches
y sus sonidos raros de huracanes
y rayos
y montañas.
Es que a veces
no ocurre como pensamos;
entonces decimos:
que cae y no escampa,
entonces podemos decir:
que la lluvia nos espera
con los brazos abiertos,
entonces también podemos decir:
que el agua se va a perder
más allá de los caminos.
Héctor Cisneros (1946-1986)
Del poemario Historias de la mañana,
publicado póstumamente en El poeta de la lleca (2005)
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