domingo, 3 de noviembre de 2013

AMANECER

Hállame, amanecer,
descalza y temerosa...
Hállame en la noche, espera un poco,
hállame encendida y con mi propia luz
enredada...
Bésame la boca.
Hállame en la noche bebiendo
de la lluvia.
No permitas que mi pulso
se sostenga sin aliento
del reloj que condena
el fracaso de mil noches
y el retorno de un día
que no me importe.
Yo no envenenaré de hastío mis palabras.
Hállame callada, trémula,
hállame en el vacío, detente,
contempla vulnerable mis pasos.
¡Vete!
¿Acaso no me sientes lejana?
¡Vete!
La luna adormece mi rebelión,
adormece mi furia,
la luna despierta mi magia.
No quiero que sea de día.
Me aterra la persecución de la luz
y su sombra.

La luz, su sombra,
metamorfosis de ideas,
de incendios, de sogas...
Y llegas, amanecer,
suicida, no te resistes.
Me hallas cansada,
pagándole penitencias a la muerte,
encorvado el torso,
besando la bajeza terrenal,
rendida...
Acomodándome, delicada,
al dolor de las cadenas...
Me encuentras, besando las estrellas,
desgracia de quien
regresa de un sueño.

Vete pronto.

Salomé Cisneros (2013)

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