domingo, 29 de diciembre de 2013

21 CABALLOS

Prefiero escribir en la penumbra
porque el día espanta a mis caballos
los hace retroceder hacia la cuadra
los levanta con esa luz apuntalada
de pronta revelación
que llega y abre pistilos en la cornisa
y cuando tengo la mazmorra cerrada
solo espero, solo quiero reconocer a todos mis caballos

a los más niños, a los potrillos de cascos duros
a las hembritas de orejas mimosas
a las mulas de mármol con la zanca espesa
sus borlas, sus monturas de cuero
el crin de sus cabezas inquietas

debajo de estas moles
que son el sol y sus rayos
dos homúnculos de resplandor
una mosca caga a mi ardiente semental
recostado sobre la madre del huerto
repleto de pulgas que le brincan en la verga
en su negro y robusto vientre sosegado

y míralos a todos
míralos con detenimiento
acércate con suma cautela
no vaya a ser que los levantes
están vigorosamente inacabados

pero irremediablemente
en el escudo de escarcha plateada
que imponen las madrugadas más hostiles
el resplandor llega a contragolpe
como un chacal incurable
lleno de ronquidos y arañazos
y ciega las pestañas más finas
incluso si están paradas con grasa o brea
con lodo o escarcha

y así, en esa terrible luminosidad
se desorientan y se espantan
huyen de todo y de todos
se van mis caballos
se van
nada más, simplemente se van

y ya no puedo verlos
en esta trenza de hollín profundo
en que me decidí a envejecer
y que ahora me ata a mis talones
y ya no puedo verlos
ni llamarlos por sus nombres:
Israel
Alfil
Don Elías
Leonardo
Judith
Perro Pastuso
Cuervo
Brinco
Demoledor
Muchacha Ciega
Lenin
Señora Lucrecia
Llamarada
Jonás
Amparo
Vivaracho
Esteban
Jumará
Tres Lanzas
Homero
Jiah

se van
se van tan lejos
mis amores, dorados en el encierro
y me quedo solo
hasta hacerme viejo
viejo
en esta inmensidad de bosques repetidos
que resplandecen bajo una mancha de luz y comunión
que me mantienen vivamente
despierto

Gabriel Paz: Kubrick y la máquina del insomnio (2013)

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