2. Leer a Cervantes en la perrera.
3. Estar convencido de que es mejor tener cuatro patas que dos.
4. Rascarse con gusto las pulgas.
5. Mover la cola por lo que te interesa.
6. No dejar de salivar ante un buen hueso.
7. No quejarse tanto por el hambre: seguir buscando, siempre se encuentra algo.
8. Jugar con las moscas y mariposas, sin distinción de raza o credo.
9. Hacer la siesta bajo la sombra de una matica (los días de fiesta)
o bajo la sombra de un camión (los días laborables).
10. Levantar la pata (los que puedan) y echar una buena meada
sobre un muro blanco recién pintado.
11. Correr en círculos persiguiéndote la cola.
12. Buscar la pelota.
13. Devolver la pelota.
14. Cavar huecos bajo tierra.
15. Asistir a coloquios de perros
en noches de luna llena.
16. Escuchar ladridos remotos.
17. Asomar la cabeza por la ventanilla del carro: dejar que el viento
te abanique las orejas.
18. No rechazar nunca un viaje a la playa.
19. Ladrarle a los camiones de basura: aprovechar la excusa para salir corriendo.
20. Frotarse contra la grama de cara al sol.
21. Cruzar la autopista con mucho cuidado.
22. Andar siempre andariego.
23. Que nadie te olisquee por detrás (a menos que tú se lo permitas).
24. Sacudirse de vez en cuando.
25. Sacudirse sobre todo después de recibir un balde de agua fría.
26. Estar atentos a cualquier pollito
que se te atraviese en el camino.
27. No asustarse con las sombras de las farolas.
28. No ladrarle a los espejos.
29. Cuidarse de los timbres y de los petardos.
30. No dejar que te coloquen en un laberinto
para medir tu inteligencia.
31. No confiar en ninguna persona que se haga llamar Pavlov.
32. No pasar nunca cerca de una Facultad de Medicina.
33. Embriagarse con el olor de la carne a la parrilla.
34. Hacerte amigo del maestro parrillero.
35. Escucharle las cuitas al vigilante
para que te deje dormir en la garita.
36. Desconfiar de cualquier clase de perrito faldero.
37. De vez en cuando juntarse con la pestilencia.
38. Sentir con los ojos cerrados el olor de los jazmines.
39. Sentir con los ojos cerrados el olor de los ausentes.
40. Sentir lo más preciado con los ojos cerrados.
Luis Enrique Belmonte: Compañero paciente (2012)
maravilloso
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