lunes, 9 de marzo de 2015

ESTACIÓN HAIKÚ


                                            De no estar tú,
                                     demasiado enorme
                                           sería el bosque.
                                    Issa, Tabishui, 1795

Tu mano borra
alguna brisa leve
en la penumbra.


Hacia mi alma
aullando va la noche
como un lobo.


No te demores.
Mi corazón es vasto
y campo ardiente.


Lluvia que corre
a toda piel desnuda
se asemeja.


En nombre tuyo
conmuévense las horas
que he dejado.


Piélago ignoto
el hombre que en silencio
cruza el mar.


Accede el viento
por quien sostiene el grito
en la espesura.


Hagan silencio.
El salto en el vacío
es la palabra.


Ángel Emilio Hidalgo: Fulgor de la derrota (2010)

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