lunes, 27 de abril de 2015

YA LEJOS DE LA CARRETERA

                                                                            Vibraciones / vibraciones-látigo
                                                                  un sonido viene de la sombra / pronto
                                                           forma una esfera : una granja : un grupo :
                                                                una armada : un universo de universos
                                                                                                      Henri Michaux

                                                                                        A la memoria de Infraín

1

Unos pantalones mugrosos & la muerte en el pecho
¡Órale!
Nos vemos ahí en el muro
/ pasando el vado /
los vientos cristalizándose a la izquierda
las aletas del polvo : tus aletas
1 oasis arponeándonos lo seco
En la hija de tu ojo / el cementerio
: Mezcalito echando flores :
La Tierra & su contrario : venados silenciosos como ruidos en sus bodas
No deberías ir / pero deberías ir


2

(En esta sombra se acurruca esta rara fruta
que es el corazón del anfibio & precoz devenir infrarrealista)

Hijos de Pablo de Rokha somos
Desde antes de escribir esto / ya volábamos
Luego el continuum de lo escrito fue menos vigilado
Bailó el aliento en la punta de la lengua
Nos transfiguramos acariciando el ayayay de cada llaga

Somos poetas
Tam-tams del negro sol
que nos imanta


3

Ni lúmpenes ni proletarios
El pequeñodios cobrasalarios
ni 1 pluma rompe en los abismo nuestros
: Las auroras infras en la Casa de Usher de la araña :
Juega al balero el dulce clítoris / se embarca como a las 5 montañas en 2 cuartos
A galope tierno & crines sueltas

Rubayat ama
a
Ramayana


4

Nuestra lengua ha sido púa
Es sandía / chorreante vagabunda de ancha risa
Aventurera que nos ha abierto escoriaciones
Lo que éramos lo somos en el crescendo de los ecos
A tales hombres : tales caderas
A esos tobillos / aquellos pasos
El aprendizaje de la limpieza del escalpelo


5

...Gris es la Teoría...
Rojo el vellón de la Cannabis / La inalámbrica


6

¿La lucha? / Contra el poder de $igno$ fari$aico$
(Máscaras vs. Cabellera)
10 años después seguimos siendo tribunales
/ dondequiera lúbricos /
En Jalapa : Minneapolis : Iquitos : Ivry-Sur de Seine : Gerona :
el Barranco & la Cañada
Perros habitados por las voces del desierto
Tlamantinimes obcecados porla flama del cato por el cuerpo
& la flama del cuerpo que es el canto
¡Tlacoyos de realidad!


7

El rastrojo del lenguaje no germina
si no es en hechos menguaje ya encarnado
La hazaña marabusina en tierras nahuas
¿De a cómo la liebre lírica? / ¿con alas?
Feliz No-Cumpleaños
El infrarrealismo no es 1 vocablo-lija
Nos han antologado nuestras noches
Cada textículo en su sitio / que bien puede ser nuestro milagro nómada


8

Es Hora Zero otra vez
Jesús Luis rasga en su luz Canciones para gandallas
Hay estrellas como hay ganas
hay abismos & hay caminos

Las pirañas de anteayer
son iguanas a futuro
Olas : olas : olas de sed


9

¿Qué decían de nosotros esos empleados televisivos?
/ hijos del feliz oficio & el próspero cheque de honorarios /
Oh Santa Risas Satánicas
¿Ni Billy Burroughs lo sabe?
El petate da de brincos
/ Son cocuyos en la aurora /
¿Será eso 1 hai-kai sirio?
¿1 poeta náutico en la sierra?
¿El orgasmo del delirio?


10

Poesía-endecasilabóiler
   hermanita de Edgar Allan & Black Sabbath
      caradiajos & chintreras
         qué de arrastres
            labrados en la entraña de la entraña


11

Toco viento
: azar turgente :
/ no el enjuague del Poder & sus taquillas
sus tarifas : sus castigos : muecas cínicas : su estertor de vanidades /


12

Que Tin-Tan queme sus sacos
Los caminos están llenos de otros seres
/ no el cubículo ni el cargo /
Recuerda cuerpo cuanto viviste
Cuánto evangelio de cielos abiertos
/ Subterráneamente : soberanamente /
Porque no será el miedo a ningún miedo
el que nos haga poner a media asta
el géiser ígneo de nuestra indignación

& este número 13 lo dice:

La poesía mexicana se divide en 2
la poesía mexicana & el infrarrealismo
/ Río Tula a remover /

Mario Santiago Papasquiaro (1953-1998)

lunes, 20 de abril de 2015

TEMASCAL

                                   Para Mara Larrosa

Desnudo
in the dark room
6 by 3
la curandera
me explica
in her Spanish
learned in the daily
interacción with ladinos
what I have to do.

Aviento agua
a las piedras ardientes,
I lie down bocarriba
and begin rubbing
my body
and mind
as one
with the medicine plants
we have
very patiently gathered.

Las plantas
llevan la memoria
de la tierra
y del agua,
han sobrevivido
el despojo de tantos siglos,
conocen los cambios
de las estaciones,
los relámpagos
y el color rojo.

I rub the plants
on my body,
en mis cicatrices
y el deseo
todavía sin nombre
por la compañera
a lado.

Hay que recibir
a los buenos espíritus
y alejar
a las vanas tentaciones,
según los antiguos.

Busco claridad,
wisdom.
Ser justo
and humble.
Saber
cuáles tradiciones
romper.

Aviento más agua
a las piedras ardientes.
Ssshhhhhhhhhhhhh
Sssshhhhhh. Ssshhhhhhhh.
Ssssshhhhhhhhhhhhh.
Smoking mirror.

Tenemos la edad
de las montañas.

La respiración
frágil de los pájaros.

La vejez
del recién nacido.

Rubén Medina: Nomadic Nation/Nación nómada (2010)

lunes, 13 de abril de 2015

A FIN DE CUENTAS

Para Ivonne de la Rocha
A fin de cuentas
a los dos años yo viví en una iglesia,
con tías vírgenes y papás dioses,
a los dos años, ineludiblemente atea,
miedosa.
En aquel tiempo íbamos Jesús y yo:
él a masturbarse desupés de la pasión y yo a obsesionarme
con la cortina floreada del cuarto,
a matarme de miedo.
Al final ya se había muerto Claudio Aquiles y el sacristán
no sabía de Lenin
ni yo tampoco.
Pero en semana santa todos lloraban
como si se hubiera muerto alguien
y en otra fecha importante yo
con un arrugado camisón blanco
le llevaba flores al muerto,
no me quedaba de otra.
Parroquia de la Virgen del Rayo
en la Calzada de los Misterios
y allí junto a los héroes de la Villa
a mí me castigaron por decirle cabrón al campanero
a los tres años, Lorena, ¿cómo se ve con los ojos azules?
A los tres años, los fieles cantaban
y qué sabíamos nosotros del canto responsorial,
qué importa,
no había más almas, más tragedia que las viejas
de rodillas
y mi cortina floreada,
a los tres años, Lorena, te falta mucho tiempo;
la vecindad de al lado tenía puertas
y un niño en cada puerta, y yo
a punto de cumplir los cuatro
me quería comer el pan de esas casas
joderme con esas niñas
horrorizarme con sus madres chillonas,
golpearme las nalgas
con sus manteles de plástico; a los cuatro años
mi hermana era fea y yo bonita,
México sonaba a teatral campaña de Dolores
en el calendario,
Marcuse no escribía para las niñitas,
a los cuatro, Lorena, cómo se ve
con los ojos azules me preguntaban para quitarme el miedo,
al fin, el sacristán no sabía nada de Cuba,
ni yo tampoco,
a mí sólo me dolía que mataran pollos
torciéndoles el cogote.
Mi hermana sí salía a la calle, los hombres
no le miraban las piernas de niña-caballito-de-mar-y-grano-de-pica-pica
no tenía pechos grandes;
a los cuatro años
solamente el tren negro
que había matado a un gato negro
y México negro con el humo del tren,
porque el sacristán no sabía nada de las mujeres,
cópula sonaba a fanerógama,
hombre sonaba a macho,
virgen sonaba a virgen,
maldito sacristán, a mí sólo me importaba
tirarles con la resortera a las palomas,
maldito sacristán,
¿cómo se ve con los ojos viejos
muertos de hambre
pobres diablos?
Al fin y al cabo no sabíamos nada
de los empresarios ni de los poetas
ni de las putas tísicas,
ni se arreglaba nada
a los cuatro, en México,
con decirle cabrón al campanero.

Lorena de la Rocha (?)

Versión tomada de la antología Infrarrealistas /  Poetas,
preparada por Marco Fonz para la colección Las alas del Escorpión
(Buenos Aires, La Caída, 2014).

martes, 7 de abril de 2015

MORGUE No. 1

Empiezo a dormir sobre mi aliento
que dejó mi muerte / no puedo soñar.
D e a m b u l o
entre cavernas
que se toman por calles. Salgo
del alarido secreto de otros gritos y
vuelvo a ser el vagabundo perdido,
con huesos triturados
que se confunden con cocaína... ¿Qué me sostiene?
Quiero salir,
y en mi cuerpo caigo
a recorrer
este desgano oculto de la noche. ¿A quién busco?
Todos están dormidos. Si fuera verano
y el ambiente de la ciudad menos corrupto,
algunos grillos
me cambiarían el tono de la angustia. He
brincado
límites, pero me engaño
porque termino en el lugar del salto. Ahora
el trecho
está creciendo
en reversa
de los obstáculos pasados; y
sólo me queda el recurso de las transgresiones
o quedo anclado. ¿Dónde meterme?
Dicen que en otras ciudades hay
cafeterías, cines, bares, para los desvelados...

He salido a revolcar la voz. Con cada paso
ascienden las cenizas
de los incinerados. La garganta
no puede con otro ritmo
que esté alejado
de los acordes con que responde el piso
en cada huella... La noche
está empeorando,
con esta canción
que se introduce
a envenenar las venas, como
si otro alguien, qué sé yo,
se hubiera metido en mí
para usurparme
las ganas de vivir... y
en esta pena
me preparo un escándalo mayor
que sufriré
más tarde.
Pero insisto en caminar,
y me voy
disputándole al pánico
mi suerte.

Me voy parpadeando
la oscuridad. Apretado
en la incertidumbre
de que me toque amanecer. Los pajarracos
grises
que anidan los techos
ni siquiera saben recibir al día... no hay
petirrojos, gorriones, canarios, alondras ni
cardenales, y
las palomas pasan con plumajes sucios...
Sin embargo amanece, y
la señal
es este pitido de la fábrica
que saca su chimenea
sobre las casas. El humo
se levanta
burlándose con sus tonos de negro: adentro
están los hombres
moliéndose la vida... Afuera
el sol nos pinta la bóveda con rojos
mirados
tras una tela opaca... Sigo caminando
hasta
que no obedece el pie
a las intenciones. Me canso. Llego
a donde los edificios
se fueron agrandando, y
esta urbe
impostora
se viste de metrópoli. Hay que pasar
por su centro
palpitante
de pordioseros, pegados
a las puertas
de la abundancia financiera, moscas
enloquecidas
en los muladares
donde nada encuentran... Los
alcohólicos lumpen
desvariando
recuerdos, ilusiones
con que abandonan
la realidad encrudecida: una mujer
huesuda
de costras negras en la piel,
con larga vieja capa
de terciopelo negro,
pasea
majestuosa
como viniendo de la Corte
del Reino de Castilla /
Otro mundo dentro de este mundo:

Y puedes percatarte
de que la lepra no fue una maldad
quedada en el Medioevo:
em la banqueta
se sienta una anciana
que muestra una pierna de madera
y la otra vendada con medio pie comido...
Este mundo,
metido en este mundo.

José Vicente Anaya: Morgue (1981)