XXI
A Patty Hunter
Yo quedé fuera de la repartición cuando llegaron los lores a regalar dádivas a los desposeídos
me impidieron entar en las pirámeides por haberse descosido mis sandalias
en el viaje de retorno perdí camino y caravana y una turba de maleantes me arrebató mi provisión de agua
alguna vez soñé con una nube que ascendía pero enseguida un rayo inundaba la comarca
yo intenté tomar descanso después de la larga caminata pero un aluvión obligó a correr a todo peregrino
peleé por los caprichos de mi rey pero al final de la batalla jamás fui condecorado
hube de juntar piedra sobre piedra y hallé un refugio para la madrugada
me alimenté de las hierbas que conocí solo después de las fiebres que colmaron mi delirio
mas he aquí que empecé a rondar tu espacio y posesión y pronto fui habitante de tu linde
así vivo de tu abrazo y tus pestañas y también de una fe de mar abierto irrenunciable
ya no busco tesoros hundidos porque aprendí a considerar hermosa a toda prueba la teja de una casa
eran jornadas propicias porque encontré un dulce en la sal de tus sabores
tu piel es un remedio contra el día cansado contra la inercia de la sangre
sudé frío hablé entrecortado y así entendí que no hay diamante que doblegue el cristal de tu presencia
por eso anhelo tu huella porque es una marca que ha de ayudarme en una noche inentendible
yo hallé la señal de tu temblor y ahora me doy cuenta de volver a andar por tu mirada.
Fernando Balseca: De nuevo sol, abajo y frío (1992)
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