lunes, 31 de agosto de 2015

DE SÍSIFO

Con las llagas
y fisuras
en las manos, con ellas,
empujo la piedra hasta la cima.
La cargo a veces
hasta quebrarme la espalda.
Otras resbala
y golpea mis dientes,
los recojo, armo y me fumo mi sonrisa de nuevo.
Continúo así todo el día y parte de la noche
(¡No entiendo la diferencia!)
Llego, la piedra rueda.
Entonces descanso.
Froto las hojas medicinales
en mis manos,
me trago las pastillas recetadas,
las sin receta.
Amar es cargar la piedra que volverá a caer
vivir es        "      "      "       "        "        "   "
soñar es      "      "      "       "        "        "   "

y entusiasmarse es cargar la piedra que volverá a caer.

Ella rodará siempre,
yo la subiría siempre
pero mi tiempo es finito...
aunque el castigo sea eterno.

María de los Ángeles Martínez: Subcielo (2002)

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